En primavera el pelo tiende a caerse más debido al ‘efluvio estacional’. En este proceso el pelo se renueva y no debe preocuparnos. Es una caída limitada, que dura de 3 a 6 meses, y que de ninguna manera desembocará en calvicie. «Es una caída que se va a repoblar por sí sola, es decir, el volumen se recuperará espontáneamente al cabo de las siguientes semanas, siempre que no exista otro problema capilar asociado, como puede ser la alopecia androgénica».
Durante la primavera, los folículos pilosos entran en su fase de reposo, lo que propicia un aumento de la caída del cabello. Además, concurren otra serie de factores que favorecen la pérdida de pelo. Entre otros los cambios hormonales en las mujeres y agentes externos como el sol o las altas temperaturas.
Es especialmente recomendable que en primavera y verano vigilemos el cuidado de nuestro cabello. Esos agentes externos de los que antes hablábamos pueden dañar nuestro cabello de forma intensa y hay que prevenirlo.
En caso de comenzar a notar un aumento de la caída de cabello puede ser el inicio de un cuadro de alopecia. Por ello recomendamos que acuda a un centro especializado en el que puedan diferenciar si la caída se debe a un proceso fisiológico normal o a una caída patológica.
Por otro lado tanto la mesoterapia capilar como la infiltración de PRP son excelentes tratamientos para recuperar la vitalidad y fortaleza que puede verse alterada durante estas fases de caída.
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